jueves, 6 de noviembre de 2008

EL CIUDAD DEJÓ ESCAPAR LA VICTORIA EN UN TENSO DERBI CON EL REAL MURCIA B

Javier García M.
03/11/2008

El Atlético Ciudad dejó escapar la victoria en un tenso derby a pesar de lo que el resultado, empate a cero goles, puede sugerir. Y eso que en el minuto 27 el lateral rojinegro Dani fue expulsado por un más que dudoso codazo al jugador grana Jonathan, (que fingió con acierto sobre el césped la hipotética agresión) ante las airadas protestas de los jugadores y la afición visitante.
Durante el primer período del partido, no hubo un dominador claro del balón por parte de ningún equipo, y las ocasiones de gol brillaban por su ausencia, limitándose a balones flojos y lejanos a la meta de Zapata y al portero local Iván Campos. De los primeros 20 minutos sólo cabe destacar un tiro para cada uno de los dos equipos; primero fue el portero del Ciudad el que desvió la pelota a córner a tiro del jugador grana Aguilera, posteriormente el visitante Juan Carlos trató de aprovechar un rechace cerca del área local, pero su disparo centrado lo atrapó sin dificultad el portero del Imperial.
Ni tan siquiera la expulsión del jugador del Ciudad desequilibró esta balanza a favor del equipo grana. Del resto de la primera parte apenas cabe subrayar, la lucha espesa en el medio campo por parte de los jugadores de ambos conjuntos, un lanzamiento de falta flojo y centrado por parte de Aitor del Ciudad que atrapó Ivan, y un cabezazo peligroso del jugador grana Quinín que despejó un defensa rojinegro en la postrimerías de la primera parte. Así concluyeron los primeros 45 minutos, con las espadas en todo lo alto para el definitivo período del encuentro.

Sin embargo, cuando todo hacía preveer que el equipo rojinegro, mermado en uno de sus efectivos, daría un paso hacia atrás y se encerraría en su área para conservar el punto ganado la primera parte, el Ciudad fue el que dominó ligeramente el “tempo” del partido en toda la segunda parte. Incluso gozó de un par de ocasiones muy claras para perforar la meta del portero del Imperial. Y esque la derrota inesperada del equipo del técnico Beto ante el Alfaro el domingo anterior, uno de los equipos más flojos del grupo, había dolido, y no hay mejor fármaco contra un traspiés que conseguir una victoria en la jornada siguiente en terreno rival.
Aitor en los últimos minutos volvió a probar suerte en el tiro de falta, esta vez con mejor dirección que en la primera parte, pero el portero local logró desvíar el balón a córner en una buena intervención. La última y más clara ocasión en todo el partido para deshacer las tablas la tuvo en sus botas Guille Roldán cerca del minuto 90, que entró en carrera con la pelota controlada en el área rival, pero cruzó la pelota en exceso ante la salida del portero del Imperial. La pelota salió lamiendo el poste derecho y con ello se esfumó para el equipo de Evedasto la esperanza de llevarse los tres puntos del municipal de las Torres.
Alineaciones:
Real Murcia B: Iván Campos; Iván Malón, Juanchi, Vidal, Quinín, Coke, Borja Facal (Dani Sánchez lo sustituyó en el min 56), Aguilera (Andrés Carrasco lo sustituyó en el min. 73), Picó (Pedro Barrancos lo sustituyó en el min. 25), Matías Alonso y Jonathan.Atlético Ciudad: Zapata; Dani, Joaquín, Miquel Méndez, Alcántara, Juan Carlos, Aitor, Marcos Gondra, Hugo (Félix Prieto, lo sustituyó en el min 86), Guille Roldán (Ferreiro lo sustituyó en el min 45) y Ortega (Guille Escribano lo sustituyó en el min. 74).ÁrbitroRuiz García, Valenciano. Muy protestado por la afición visitante.
ApercibidosReal Murcia B: Iván Malón, Vidal y Aguilera.Atlético Ciudad: Joaquín y Juan Carlos. Dani fue expulsado con tarjeta roja en el minuto 27.Estadio:

Municipal de las Torres de Cotillas. Unos 1.500 espectadores, 500 aproximadamente de la afición visitante.



LA AFICIÓN ROJINEGRA PUSO LA NOTA DE COLOR

Como en todo derby entre el Real Murcia y el Atlético Ciudad, este partido resultó ser más que un simple encuentro de fútbol. Antes, en tiempos del extinto y traicionadamente vendido CF Ciudad de Murcia, el Real-Ciudad se había convertido en un derby capitalino de mucho colorido y atractivo; ahora, y mientras que el Atlético Ciudad no consiga recobrar legalmente el gentilicio 'de Murcia', sigue siendo un derby comarcal o regional, siempre tan distinto, especial y vibrante. En eso los aficionados rojinegros nunca fallan y da igual que el duelo pinte descafeinado al ser contra el filial, en tercera o en segunda B. Ellos se encargan de ponerle la nota exótica, aunque la también numerosa afición grana hoy, bastante apagada y fría como la tarde-noche recién caída, no estuviera por la labor de subir la temperatura al lance ni añadir más leña al fuego. La pasión se palpó dentro y fuera del campo de juego, en cada jugada o lance de juego. Durante los 90 minutos, unos 500 aficionados del Ciudad (agrupados la mitad, y de pie, en la grada lateral opuesta donde se localizaba la afición local) no cesaron de animar y levantar los ánimos de sus jugadores, suplantando con sus cánticos, banderas al viento, gritos y aplausos, el hueco del jugador rojinegro que había sido enviado al banquillo en la primera parte.

Durante la mayor parte del partido, cánticos como el de 'Vamos Ciudad de Murcia, vamos campeón', “city boys, city boys” (en homenaje a algunos miembros de esta peña rojinegra que no pudieron pasar al campo debido al alto precio de las entradas) fueron la tónica dominante. También hubo cantos irónicos dirigidos hacia la afición pimentonera y a su equipo filial 'a tercera, oé, a tercera' o el ya célebre de “Clemente quédate”, así como a jugadores concretos como a Jonathan, con el dorsal 11, y que, a juicio de la afición visitante, había simulado haber recibido el codazo que dejó al Ciudad lastrado sobre el terreno de juego,

Incluso fuera del recinto del estadio, la pasión derby también se sintió aunque de forma menos deportiva. Hubo cierta polémica, antes y después del partido, por los abusivos precios que la directiva del Real dispuso para este derby, con la intención de hacer o bien una generosa 'caja' con la afición visitante o bien descafeinar el derby. La entrada única valía 20 euros para los no abonados del Real. Hecho que a bastantes aficionados del Ciudad irritó, mayormente de edades jóvenes y pocos recursos económicos, y al término del encuentro unos 50 aficionados protestaron aireadamente en la puerta, acorralados, eso sí, por un extraordinario despliegue de efectivos de la guardia civil para evitar mayores. Impresionó, sin duda, el número quizás desproporcionado de efectivos de la seguridad del estado que acudieron al derby, unos 30. Y es que un derby Real, Ciudad, el derby de la vega media por excelencia, ya ha creado su propia leyenda y pocas veces deja indiferente.

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